Habitacion No. 1

Poco a poco fue aflojando la fuerza con la que agarraba a la chica, hasta que sus manos se deslizaron de su cuerpo. Apoyó la nariz en su mejilla un instánte para susurrar.

- Gomen nasai... Tomando impulso se irguió y giró sobre sus talones para dirigirse al equipo de música ceñuda. Lo apagó y saltó para tumbarse en su cama, con las manos bajo su nuca.

- Puedes irte si es lo que quieres... Dijo con un tono firme, aunque su voz tembló al final de la frase. Abrió los ojos y miró el techo inexpresiva.

Cogió la pelota de goma que tenía en la maleta y comenzó a golpearla contra la pared, cada vez más fuerte, haciendo unos ruidos roncos.

- Tsk... Murmulló. Tomó la pelota y dio varias zancadas hasta la puerta, asomó la cabeza para mirar a la chica, no se había portado bien con ella. Ey... Na-gi-sa-chan... La llamó en un susurro agarrada al marco de la puerta.

Dio un pequeño toquecito a la puerta y dubitativa avanzó unos pasos hacía ella. El cabello caía sobre su rostro, haciéndole cosquillas. Ya frente a ella, la miró con sinceridad.

- Quería disculparme... Dijo cabizabja, mientras jugaba con sus manos ... si antes te he molestado, no sé me da bien... tratar con la gente, gomen nasai Nagisa-chan...

La miró a los ojos seria, mientras entrechocaba una mano con la otra.

Le dedicó una sonrisa a la chica y le dio un golpecito en la punta de la nariz, con la yema de los dedos.

- No hiciste nada mal... Susurró y volteó para dirigirse de nuevo a su habitación. En el umbral de la puerta se volvió a mirarla. Aún con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro. Cuídate Nagisa-chan... Espero que nos volvamos a ver pronto...

La despidió con la mano y entro cerrando la puerta con la espalda. Se quedó apoyada allí, mirando el ventanal. Debería deshacer sus maletas.